Abstract:
Las prácticas agrícolas, en particular la labranza, han sido ampliamente adoptadas en la región para la producción de cultivos en el altiplano, una zona en la que la agricultura juega un papel crucial y las emisiones de gases de efecto invernadero son una inquietud en aumento. La roturación del suelo aumenta las emisiones de CO2 al alterar sus condiciones físicas. El objetivo es determinar el efecto de la labranza convencional en el flujo de dióxido de carbono en suelos del altiplano C.E. Illpa Puno. Se realizaron mediciones en terrenos roturados y no roturados en el Altiplano, abarcando distintas condiciones ambientales y tipos de suelo (02 puntos en terreno sin actividad agrícola y 02 puntos en terreno de callpar), medidos antes y después de la labranza durante cinco días consecutivos en cada uno de ellos. El flujo de CO2 se midió utilizando un analizador de gases infrarrojo portátil de dinámica cerrada, EGM-4. Los resultados indicaron que las emisiones de CO2 fueron superiores en los terrenos roturados, particularmente en terreno sin actividad agrícola, donde se alcanzaron valores de hasta 0.93 g CO2 m-2 h-1, en contraste en terrenos no roturados en callpar las emisiones fueron significativamente menores de 0.49 g CO2 m-2 h-1. Además, se notó que la roturación eleva la temperatura y la humedad del suelo, promoviendo la actividad de los microorganismos responsables de la liberación de CO2 del suelo. La implementación de medidas como la labranza cero o mínima podría disminuir significativamente las emisiones de CO2 y favorecer una agricultura más sustentable. El hallazgo podría contribuir a elaborar tácticas de mitigación para reducir las emisiones totales de gases de efecto invernadero del terreno agrícola en el altiplano.