Abstract:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la enfermedad renal crónica afecta a cerca del 10% de la población mundial. Se puede prevenir pero no tiene cura, suele ser progresiva, silenciosa y no presentar síntomas hasta etapas avanzadas, cuando las soluciones (la diálisis y el trasplante de riñón) ya son altamente invasivas y costosas (1). La infección del tracto urinario (ITU) es considerada generalmente como la existencia de microorganismos patógenos en el tracto urinario con o sin presencia de síntomas. Según Echevarría, el origen bacteriano de la ITU es el más frecuente (80%-90%); en este caso, la definición exacta exige no solo la presencia de gérmenes en las vías urinarias, sino también su cuantificación en al menos 10 5 unidades formadoras de colonias (UFC)/mL de orina (2). Sin embargo, algunos estudios como el de Hooton (3) han establecido que un tercio o más de los pacientes, mayoritariamente mujeres sintomáticas, tiene conteos de UFC por debajo de este nivel y presentan ITU. En los hombres (tienen menor probabilidad de contaminación) sintomáticos, se considera como sugerente de infección una cifra de 10 3 UFC/mL (3).